lunes, 25 de enero de 2010

La mala suerte me persigue!!! Capítulo 1

Como les contaba la última vez pasaban por mi para ir a Cusco. El asunto es que llegamos al aeropuerto, todo en orden con el pase y demás. Ningún problema, pasé a pagar impuestos y listo. Era cuestión de tiempo para salir a Cusco. Pero apenas llegando a puerta 8 (jamás en la vida la podrá olvidar) nos dimos cuenta que el vuelo estaba demorado por las condiciones climatológicas en el aerpuerto de Cusco (llevaba dos días sin parar de llover).

Comenzamos a esperar, digeron que en una hora. A la hora nos dijeron que en otra hora. A la siguiente hora, nos volvieron a decir que esperaramos una más. Al fin después de casi 4 horas de espera nos montamos en un Boeing 737-100 (modelo súper viejo). Apenas me subi el aparatito no me dio muy buena espina, no se porque. La cosa es que todos encomendados a Dios y con el cinturón más apretado que el presupuesto logramos despegar.

El avión hizo un ascenso por la costa de Lima para luego virar hacia el sur y disponernos a atravezar la enorme cordillera de los Andes. Yo iba pensando en una vibración muy fuerte del motor derecho cuando lo habían encendido. Venía hablando con alguna gente sobre lo feito del avión (me encontré un colega piloto) y lo peligroso que sería una falla sobre los míticos Andes.

Pues no pasaron ni dos minutos de haber hecho el comentario cuando el flamante Boeing comenzó a patalear. Pude sentir un fuerte dolor de oidos, talvez por una descompresión de la cabina (la verdad no se). La cosa es que acto seguido recibimos un anuncio desde la cabina de mando que teníamos que regresar lo antes posible al aeropuerto de Lima. No vaya a ser que se nos venga al suelo el avioncito en medio de los andes. Después del anuncio del capitán y la cara de asustadas de las sobrecargos, la gente empezó a estresarse. Sudaban como chanchos pariendo al ver por las ventanas que los Andes parecían interminables para devolverse. Talvez no pasaron ni diez minutos cuando al fin pudimos salir de la cadena montañasa, pero la gente seguía como filet de a pezeta.

Dimos unos giros por el mar para perder altitud (vaya lugarcito para perder altitud... justo sobre el océano pacífico) y comenzamos la aproximación a Lima. Bajamos, bajamos, se oye la salida del tren de aterrizaje, seguimos bajando y casi sin darnos cuenta estabamos tocando tierra en Lima otra vez. Cabe destacar las habilidades del capitán porque fue el aterrizaje más suave que haya sentido jamás. Ni en avioneta logré nunca uno así.

Ya en tierra salimos como ganado por el puente, al salir me percaté que estabamos otra vez en el puente número 8 como al inicio. Ya empezaba a molestarme el asunto. Estaba perdiendo el tour en Cuzco que comenzaba a las 2pm. Todos sentados otra vez comenzó el verdadero sufrimiento. Nos dijeron que era cuestión de minutos para que arreglaran la nave, y sino no habría problema porque nos mandarían en otra. Para calmar a las masas de gente ya caliente por el estrés, nos dieron comida y refresco del vuelo que no había podido concluir. Lo mismo habían hecho en la mañana cuando estabamos retrasados. Ya la técnica no estaba funcionando mucho.

Comenzó a pasar el tiempo y nada. Tres de la tarde y nada. Cuatro de la tarde y nada. En este punto nos dimos cuenta que nos habían estado engañando en parte, porque no solo fue el vuelo de nosotros que habían devuelto. Había otra gente el primer piso pasando el mismo calvario. A eso de las 4 y media la cosa se descontroló porque no se veía avance en el avión, y no se pueden realizar vuelos a Cusco pasadas las 5:15pm por lo peligroso del terreno. Así que nos estaba quedando menos de una hora para saber si ibamos o no a viajar. Si ibamos o no a perder las reservaciones y tours ya pagados.

La gente del primer piso tomó la ley en sus manos, liderados por un argentino (todos sabemos lo malcriados que son) comenzaron con el etaque arrebatandole los papeles a las muchachas del counter. Acto seguido lograron quitarle el radio a una de ella y lo tiraron contra mostradores, vidrios, piso, sillas, etc. Los gritos iban y venía, la cosa estaba fuera de control. Con el único radio que pudieron esconder, las muchachas del counter llamaron a seguridad. Rapidamente empezó el pleito enserio contra la policía. Lo extraño es que el argentino que comenzó la bronca no aparecío por ningún lado.

En medio del alboroto de abajo, nosotros, los de arriba también exigiamos sangre o vuelo. Como a las 5pm vimos como los pilotos se iban del avión y con ellos las esperanzas de viajar. Cancelaron el vuelo y nos reubicaron en hoteles por toda la ciudad de Lima, con trasporte y alimentación incluidas para apaciguar la sed de venganza. Habiamos perdido los reservaciones en Cusco, al otro día pasarian por nosotros al hotel para ver si lograbamos volar.

Pero mi mala suerte no termina ahi, ya les contaré las mil cosas más que me pasaron... Continuará...

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Acerca de este blog

Esta será la bitácora de mi viaje al milenario Perú. Serán solo 9 días donde cada noche contaré lo vivido del día que termina. Fotos, videos y palabras serán los instrumentos que documenten la travesía de este tico en tierras inkas.

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